La puesta en escena de niños huilliches cantando una pieza alusiva a la Tragedia de Manquemapu, significa una serie de cosas, al menos:
i.- Que el maestro y sus alumnos se han puesto en un nuevo o distinto plano actividad de formación;
ii.- En todo caso, este distinto plano, desde luego, habla de un importante nivel de pertinencia;
iii.- Más allá de todas las actividades formativas normales que el maestro puede realizar con sus estudiantes y que pueden incluso involucrar temas relacionados a la explicación de la Tragedia (en términos de homenajes, aniversarios, entre otros), la canción trasciende las mismas actividaddes pedagógicas;
iv.- Esta trascendencia se manifiesta en tanto el maestro se ha visto obligado a pensar la tragedia, pero no como un mero contenido transmisible.
iii.- En verdad, el maestro se ha debido sentarse y pensar el contenido histórico ciertamente, pero en función de este a debido también pensar y componer una canción que transmite dos cosas:
a.- Una historia. Lo que nos habla de un contenido identitario y,
b.- Pero la misma canción que conduce el componente identitario, igualmente porta un llamado, un mensaje patrimonial. Digamos no basta con que la canción nos transmita un contenido. Sino que este contido, involucra una valoración y principalmente una apropiación y un compromiso.
En materia de contenido, sin embargo, todavía está ausente el papel de los propios pobladores. Y falta también constitutir el verdadero proceso histórico por medio del cual la propia comunidad se ha ido apropiando de la tragedia misma.