El nivel tecnológico de un grupo humano en un momento histórico es determinante a la hora de comprender aspectos de su vida cotidiana. Como parte del patrimonio cultural de Purranque de la primera mitad del siglo XX, se pone a disposición del público una foto extraida del diario La Prensa de Osorno del año 1961, en donde aparecen una “picadora de coles”, un “royo de fierro para rolletear siembras” y una “secadora de frutas”.
El recorte de prensa, es un anuncio publicitario contratado por el empresario Enrique Kürten Pincheira. En el diario La Prensa de Osorno, el comerciante purranquino hijo de inmigrante aleman, promovía tres recursos tecnológicos relacionados a la elaboración de alimentos a mediados de siglo XX. El detalle de estos elementos culturales es el siguientes:
i) Picadora de coles
Producto de la influencia germana en la zona de Valdivia al sur, se extendió la costumbre generalizada de sembrar coles o repollos y cosecharlos con el objeto de convertirlos en un producto llamado “coles en sal”. Este alimento se elaboraba picando muchos repollos, tantos como para casi llenar una tinaja circular o "pipa" de unos 100 litros de capacidad. A esta preparación se agregaba sal y agua. El amacijo se compactaba poniéndo una tapa o superficie de madera y sobre ella una pesada roca. Finalmente, se la dejaba madurar durante unos cuatro meses. El proceso de preparado de este alimento se iniciaba durante los meses de verano y su consumo comenzaba en los meses de mayo o junio aproximadamente. Precisamente cuando escasean las verduras en esta zona.
Las “coles en sal”, como se sabe y como se usa actualmente, pueden acompañar carne de cerdo con papas cocidas y se puede agregar merken, entre otras combinaciones. La masificación del consumo de las "coles en sal", probablemente fue una señal que indicó al empresario que la "moledora" podía ser un producto atractivo para la venta, al menos de un pequeño sector de la población que poseía los recursos para comprarla.
ii) Royo de fierro para siembras
Semejante recurso tecnológico se comprende en una agricultura extensiva o extendida y no en una economía doméstica. De modo que el royo fue utilizado por los campesinos que, teniendo recursos económicos y un amplio terreno o fundo, podían prácticar siembras de trigo y avena.
iii) Secador de frutas
El proceso de secado de frutas constituyó una de las actividades más importante en la zona sur. De este modo, el proceso de secado y consumo de la manzana seca, acompañado también del masivo consumo en jugos, postres, mazamorra, entre otras, pudo haber impulsado al empresario Kürten a concebir la venta del secador.
Más allá del aporte tecnológico que significó poner a disposición de un amplio público los artefactos tecnológicos diseñados por Kürten, también se puede inferir una serie de otros aspectos culturales interesantes:
1.- Al menos hasta la mediados del siglo XX, en la zona de Purranque existen procesos y técnicas de elaboración y consumo de alimentos realizados por las propias familias. Para el caso, eran actividades importantes la elaboración de "coles en sal" y el secado de frutas.
2.- Los recursos tecnológicos que promueve Kürten, corresponden al más alto nivel tecnológico disponible en la época para actividades cotidianas. Si bien resultan de un esfuerzo tremendamente valorable de parte del empresario, no son de consumo o uso masivo.
3.- De hecho, la técnica de "picar coles" que existe a mediados del siglo XX y que ciertamente se extiende hasta la actualidad, se puede emprender sin la necesidad de algún artefacto tecnológico especial, excepto en lo que respecta a un buen cuchillo para picar la col, sal, el agua, la tina y el tiempo de exposición. A mediados del siglo XX, las "coles en sal" debió ser de un uso generalizado en los hogares de la región.
4.- El secador de frutas por su parte, es un recurso tecnológico igualmente interesante, aunque tampoco fue una tecnología disponible masivamente. La práctica relacionada al secado de la manzana, por ejemplo, se traduce en la elaboración de "orejones" como tradicionalmente se les ha llamado. Se trata de trozos de manzana picada y puestos a secar. El proceso popularizado en la mayoría de los hogares de la zona, consistió en disponer de una gran bandeja de madera construida con listones muy livianos instalada en la cocina, normalmente sobre la estufa "a leña", aunque también detrás o bajo ella.
La Manzana era dejada allí hasta que se secaba de manera ostensible. Luego, los "orejones" eran guardados en bolsas de género, en bolsas "harineras" en espera del invierno. Los "orejones" también podían ser cocidos con agua y azucar y guardados en frascos o botellas selladas, con el objeto de ser ocupados durante el año.
Los "orejones" eran ocupados regularmente en la elaboración de postres, jugos o principalmente en la preparación de la "mazamorra". Esta última, buena compañera del plato de cerdo, coles en sal, papa y merken, destacado más arriba.